Durante más de 60 años, el Camp Nou ha sido un estadio único por su diseño y por su capacidad, una joya arquitectónica pero que no ha sido inmune al paso del tiempo y actualmente arrastra importantes deficiencias. Un 40% de la instalación no se ha reformado desde su construcción (1957).
- No tiene las comodidades que merece el socio.
- Acceso complejo en la Tercera Gradería.
- Sólo un ascensor por cada 8.300 asistentes.
- Sólo 48 localidades para personas con movilidad reducida y ninguna adaptada para discapacitados visuales, auditivos o cognitivos.
- 10% de asientos con mala visibilidad.
- Cuando llueve, más de un 60% de espectadores se moja.
- En partidos de Champions League, más de 4.000 abonados deben ser reubicados.
- Los abonados cercanos a las aficiones rivales sufren molestias.
- No hay ningún restaurante con vistas al terreno de juego.
- El parking en la superficie provoca el cruce de peatones y coches.
- Obsoleto tecnológicamente.
- Recinto delimitado y cerrado en el barrio.
- Faltan espacios y servicios de hospitalidad para competiciones de UEFA y FIFA.
- No hay suficiente espacio para acoger a todos los medios de comunicación que solicitan venir.
- Hay un número insuficiente de bares de bocadillos calientes en relación con el número de espectadores, de los cuales muy pocos tienen extractor.